La casa perteneció a la familia Jimenez Mejía, una familia prestante, educada y culta.
El Dr. Rodrigo Jimenez Mejía fué un abogado, escritor, poeta . . .
La casa continuó su historia al ser comprada nuevamente.
Su dueño Alberto Castaño quiso restaurarla, se asesoró de maestros de la carpintería y talla en madera,fue un trabajo bastante largo y al final el propietario convocó a los niños de las Instituciones educativas un sábado al parque, para que frente a la casa propusieran los colores definitivos para pintarla, el premio, una bicicleta,
Fue una tarde lúdica, con buena presencia de los niños, al final la propuesta ganadora fue la María Alejandra, niña de 4 años, un trabajo muy bello y con gran colorido .
La casa se pintó en su totalidad, al poco tiempo murió su dueño, estuvo cerrada, y actualmente la casa se alquila para eventos sociales. En la actualidad tiene un bar llamado Amareto, visitado por los turistas que se embelesan con la arquitectura interior y exterior de la casa.
Relato : Alicia Inés Gómez Naranjo integrante de la Sociedad de Mejoras Públicas de Salamina.
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